1.-CORONAVIRUS

Probablemente,  la mayor tragedia de esta nefasta experiencia son los muertos, sobre todo los muertos. Mi sorpresa inmensa, ha sido la denostada mascarilla, algo tan simple, que podría haber salvado a decenas de miles de personas que han fallecido, como consecuencia de la incapacidad global de las autoridades sanitarias y políticas. 

Ayer, la Organización Mundial de Salud exigía el uso generalizado de la mascarilla, después de haber dicho una y otra vez que su uso no nos protegía, y eso lo han repetido hasta el infinito todas las autoridades sanitarias y todos los políticos, al unísono y UNA VEZ MÁS SE EQUIVOCABAN. 

Es cierto que el uso de una mascarilla por un solo individuo no le protege, esto es CIERTO, lo repito, porque aún siendo hermética, si alguien (sin mascarilla), ha tosido, estornudado o incluso ha gritado o hablado fuerte ha expulsado pequeñas gotitas que a modo de un pulverizador (gotitas de Flugge), crean un area de contaminación que puede tardar horas en depositarse. 

En las gotitas de Flugge es donde está contenido el coronavirus . No hace falta que el virus pase a las vías respiratorias, basta con que se deposite en las conjuntivas de los ojos o en superficies metálicas o plásticas. En epidemiología el ser humano constituye una unidad vacía, el sujeto efectivo es el sujeto social, (el yo junto al otro), igual que en la filosofía de Feuerbach. 

Si las personas que te rodean, mejor todavía, si todas las personas que te rodean, cuando van a la compra o a otro menester llevan mascarillas, aunque sean caseras , hechas con un trozo de sábana o un pañuelo, cuando el que la lleva tose, habla o estornuda, prácticamente todas las gotitas de Flugge se quedarán en el interior de SU mascarilla. No se crearán áreas de contagio y si no nos tocamos físicamente los unos a los otros, el virus lo va a tener mucho más difícil. De esta manera se podrían utilizar los medios de comunicación y de transporte en determinadas condiciones. 

NO DEBEMOS tocarnos la cara y mucho menos los ojos. Al llegar a casa, depositamos la mascarilla en un recipiente con agua y un poco de lejía. Nos lavamos las manos con agua y jabón y a tender la mascarilla para que se seque y darle un segundo uso, y así sucesivamente. Lo primero que debía haberse hecho es exigir el uso, absolutamente generalizado de mascarillas, y si se habían agotado en las farmacias, publicar tutoriales claros en las Televisiones de cómo fabricarlas en casa. Sacaremos duras lecciones de esta experiencia tan traumática. La primera, COMO es posible que todos los estados del mundo hayan dejado en manos de países extranjeros las fábricas que producen material estratégico?, es decir, mascarillas, equipos de protección individual, (EPIS), respiradores etc. etc. porque nadie debe dudar de que si hay una próxima tercera guerra mundial, Dios no lo quiera, no será con armas convencionales, ni siquiera nuclear, será BIOLOGICA. 
Francisco Doñate. Médico.